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Avatar de Javier del Toro B.

En el mundo de la hotelería vacacional, y más en Canarias, que es el destino donde vivo y opero en mayor medida, la fractura entre empresas y trabajadores ha empezado en el departamento de Housekeeping. Las conocidas como Kellys (las que limpian) han reivindicado (con razón) unas mejores condiciones de trabajo, ya que eso afecta directamente a la calidad percibida, y todos sabemos que la calidad percibida es : a NPS y el NPS es ADR. Es un buen enfoque el que propones, Enrique. Hoy el Front Desk es mucho más un lugar donde convertir upsale que un lugar clave en la experiencia del cliente. Slds.

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Avatar de Oswaldo J. Morales C.

Ante todo, mis cordiales saludos, Sr. Enrique.

Quisiera compartirle algo con toda sinceridad: aunque disfruto profundamente de muchos temas dentro del sector hotelero, es la limpieza y el housekeeping lo que verdaderamente me mueve.

A lo largo de mi experiencia en esta especialidad, he repetido con convicción que la limpieza cuenta historias y que estamos viviendo una nueva sensibilidad en el housekeeping hotelero.

Durante años, este departamento fue el latido silencioso de los hoteles: invisible, constante e imprescindible. Hoy, ese mismo equipo discreto está atravesando una transformación profunda que une tecnología, sostenibilidad y, sobre todo, humanidad.

• La tecnología no reemplaza, acompaña. La llegada de robots no elimina puestos: reduce el desgaste físico y permite que el personal se enfoque en los detalles que marcan la diferencia humana.

• Digitalizar es cuidar. Los sistemas inteligentes y las aplicaciones no buscan frialdad, sino orden, claridad y tranquilidad para quienes trabajan día a día.

• Los hoteles ahora “hablan”. Sensores que detectan ocupación o calidad del aire ayudan a actuar con precisión. El housekeeping escucha, interpreta, reporta y responde con sensibilidad.

• La sostenibilidad deja de ser discurso para convertirse en acción. Productos ecológicos, limpieza bajo solicitud, menor consumo: decisiones que reflejan un compromiso compartido entre hotel, huésped y planeta.

• La personalización convierte habitaciones en refugios. Aromas, preferencias y ritmos de limpieza crean experiencias memorables, únicas para cada persona.

• Y el equipo… por fin empieza a ser visto. Mejor ergonomía, formación y herramientas más amables dignifican su labor. Un hotel que cuida a su gente cuida mejor a quienes lo visitan.

Al final, sigo creyendo que la verdadera modernidad no está en la maquinaria, sino en la mentalidad.

El housekeeping de hoy es inteligente, sostenible, emocional y profundamente humano.

La limpieza dejó de ser un simple servicio: es una experiencia, un gesto de cuidado, una emoción.

Respetuosamente,

OM

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